Todo es cuestión de caderas.


 Desde comienzos de abril, fui dando forma poco a poco lo que sería este espacio –mi blog-. Imaginaba hablándoles de belleza, tips de maquillaje y de cómo ser cada día más hermosa. Y existe una línea bien fina entre lo que debes hacer y lo que haces en realidad. Si de algo me ha servido este espacio de “Marianne Enid” es de aceptarme tal y como soy y de ver en este espacio una herramienta de autoconocimiento y crecimiento. Es por dicha razón que quiero hablarles de algo que ha venido ocurriendo y quiero contarles: 



 Siempre me han halagado por mi rostro y el patrón de mis rizos, siempre han querido tomar fotos pero sólo retrato. Es decir, del busto hacia arriba. Al principio, con mucho gusto accedía porque según “los otros” era el centro de la atención y lo hermoso en mi. Compartiendo la experiencia con varias chicas como modelos me di cuenta de que a diferencia de mis retratos, a ellas les tomaban fotos a cuerpo completo, destacando sus largas piernas y delgado abdomen. Entonces no pude evitar cuestionar y problematizar el porqué mi rostro y cabello eran los indicados para ser parte de una foto pero mi cuerpo no. Pero antes de cuestionarlo lo internalicé, comencé a tomarme fotos sin mostrar mi cuerpo, porque no era lo lindo y mucho menos lo “adecuado”. Luego de un tiempo y sin pensar, la mayoría de mis fotos se convirtieron en sólo retratos y selfies.


 Cuando hablamos de auto-aceptación, no sólo nos enfocamos en amar nuestras raíces afro-descendientes y de luchar en contra de la presión social. Más bien se trata de comenzar a amarnos, desde adentro hacia fuera y entender que somos perfectas en nuestra (im)perfección. Realmente suena fácil decirlo y hasta escribirlo, pero cuando estas palabras se vuelven vivencia es que comienza el verdadero reto. Pero desde que decidí amarme tal y como soy he comprendido que sentirte cómoda y segura en tu propia piel es lo que cuenta. 



 Entonces, ¿es el resto del cuerpo un problema? NO, NO LO ES. Mi cuerpo es perfecto en su (im)perfección, en sus curvas y movimientos. Entonces no tengo porque evadirlo, esconderlo, evitarlo, porque esta soy yo y estas caderas son parte de mi. Me rehúso a continuar siendo parte del problema. Somos diversidad, somos belleza, somos caderas, somos mujer. Amen su cuerpo y su ser así, tal y como es. Aún cuando “los otros” no te aceptan, acéptate y ámate tú, pues te tendrás toda la vida. Por tanto, atrévete, toma una foto de cuerpo completo con ese vestido o jeans que tanto te gustan. Soy una mujer orgullosa y rotundamente negra, aún cuando rebaje 40 libras mis caderas seguirán estando ahí así que ¿porqué no amarlas? 

 ¿Qué opinas tú? Cuéntame en los comentarios, estoy deseosa de poder leerlas a todas. 
Comparte en tus redes una foto luciendo esas hermosas curvas bajo el hashtag #SomosBelleza, las estaré compartiendo en mi página de Facebook, hágamos de este tema un movimiento. 


 Un abrazo, 
Marianne Enid

You Might Also Like

0 comentarios